BULEVAR (Páginas de Espuma, 2013)
Continúa Javier
Sáez de Ibarra (Vitoria, 1961) en su nuevo libro, Bulevar, su particular empeño en buscar una
formulación innovadora del cuento e insiste en una actitud general de corte modernista. A
favor del autor cuenta el tener ya parte del terreno roturado, pues desde hace
tiempo el relato ni pretende narrar una buena historia condensada ni persigue
el broche del final inesperado. A la trasformación de ambos elementos clásicos
contribuye Sáez de Ibarra con un personal enfoque. La anécdota la
reduce, a la manera de Aldecoa, a un escueto trozo de vida común pero
abre el desenlace al misterio o la indeterminación e incita a cada lector a que
aporte su propio cierre.
Bastantes situaciones narrativas de Bulevar parten
de una cotidianeidad actual de aspecto costumbrista: la cita de una pareja en
un centro comercial, un atraco, alguien que saca a pasear al perro, las visitas
en el hospital a un enfermo, las relaciones personales y entre padres e hijos,
el suicidio fingido de una adolescente, el esnobismo burgués... El autor es
maestro en inducir expectativas que toman un rumbo imprevisto. Las anécdotas
corrientes desembocan en algo más serio: problemática
filosófica, análisis de comportamientos humanos, reflexión ácida sobre nuestra
naturaleza, vivencia del pasado, observación culturalista, ironía e incluso un
cierto testimonio social.
Estas tramas de apariencia convencional
conviven en el libro con varias piezas experimentales. Las relaciones entre
literatura y arte que son peculiar inquietud del autor dan pie a una curiosa
secuela literaria del ready made. El trabajo de transformar un
objeto común en obra de arte, en la línea del famoso urinario de Duchamp
expresamente mencionado, se aplica a los ejercicios de ciencias sociales de un
libro escolar que se presentan en un desplegable de seis páginas.
La mezcla de textos tan disímiles
produce un positivo efecto de variedad, pero también una negativa dispersión.
El resultado de conjunto del libro es irregular. Predominan las piezas
excelentes, aquellas que insinúan más que declaran, sugieren más que dicen y se
disparan hacia la conjetura y la incertidumbre. En cambio, las vanguardistas no
pasan de ocurrencias ingeniosas sin el menor porvenir. En cualquier caso,
merece la pena leer a este cuentista anticonvencional que plantea, además, en
el texto que da título al libro, un debate sobre el propio género, el cuento,
que disfrutarán los pocos pero muy adictos aficionados a la narrativa breve.
“Bulevar”,
Santos Sanz Villanueva. El Cultural,
de El Mundo. [6 junio 2014]
Desde
su debut con El lector de Spinoza (2004), Javier Sáez de
Ibarra ha demostrado ser uno de los cuentistas españoles más audaces del nuevo
siglo, tentado siempre de explorar otras formas del relato y poco dado al
conformismo y la autocomplacencia. Su preocupación por el hecho artístico y su
afán de búsqueda parecían haber tocado techo con Mirar al agua (2009),
su anterior trabajo, pero Bulevar supone un nuevo y
apasionante reto para el lector y la crítica.
Bulevar contiene
diecisiete piezas, entre numerosos relatos de declarada inspiración carveriana,
rupturas como “Enciclopedia occidental” e intervenciones textuales a lo
Duchamp, como “Una historia reciente”. Sáez de Ibarra asume tal riesgo que
parece forzar al lector a desdoblarse, pues el coraje y el talón de Aquiles de
su apuesta provocan la sensación de estar leyendo dos libros a la vez. Por eso
resulta fundamental atender a la doble coda de esta obra, la explícita y
soberbia “Defensa” preliminar y el relato que le da título, “Bulevar”, llave
maestra que, al relacionar el realismo descarnado con lo abstracto, abre el
sentido de la propuesta y la acerca a la ambigüedad de la condición humana.
Así, cuentos que parecen salidos de la pluma de Carver y la tijera de Gordon
Lish, como el estupendo “Sacar al perro”, conviven y dialogan con textos como
“La inocencia”, que sugieren la poética esencial de Sáez de Ibarra,
deliberadamente reprimida en un libro tan árido, profundo y renovador como el
ayuno de un asceta.
“Relatos entre Carver y las vanguardias”, Sergi Bellver. Qué leer. [Febrero, 2014. Nº 195]
El escritor Javier Sáez de Ibarra aceptó hace años el reto de participar en un homenaje a Raymond Carver con un relato de estética realista, y aquello fue "el detonante" de una serie de cuentos que ahora ha reunido en "Bulevar", un libro en el que también cabe el experimento y la crítica social.
Seguir la estética de Carver fue para Sáez de Ibarra (Vitoria,
1961) como "meterse en un traje estrecho" porque, como afirma en una
entrevista con Efe, su manera de escribir "no tiene mucho que ver"
con la del escritor estadounidense, uno de los máximos exponentes del realismo
sucio.
"Me supuso un
esfuerzo eliminar toda la carga simbólica de los relatos, las metáforas, los
juegos de lenguaje para ceñirme a lo que es contar una historia del modo más
transparente posible", señala el autor que ha dejado en este libro,
publicado por Páginas de Espuma, una buena muestra de "literatura
desnuda", en la que todo el peso recae en el argumento.
"Bulevar" no
es el primer libro de cuentos de este escritor vasco que reside en Madrid desde
hace tiempo y que se gana la vida como profesor de Lengua y Literatura en un
instituto. También ha publicado "El lector de Spinoza",
"Propuesta imposible" y "Mirar al agua. Cuentos plásticos",
galardonado con el I Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero.
Fue el mexicano
Guillermo Samperio el que propuso en 2004 a varios autores españoles y
latinoamericanos participar en un libro de homenaje a Carver, y Sáez de Ibarra
contribuyó con el relato titulado "La reina", incluido también en
"Bulevar".
Aquel "purgatorio" por el que pasó
para conseguir el estilo carveriano no impidió que se animara luego a escribir
un serie de relatos que habían permanecido guardados en un cajón hasta ahora.
Cuando decidió
publicarlos se dio cuenta de que "tenían un estilo demasiado
homogéneo", y eso no le convencía.
"Le di muchísimas
vueltas, y, de hecho, hasta que no encontré una fórmula para 'romper' el libro,
introduciendo estratégicamente cuentos que acabaran con esa homogeneidad, no me
animé a publicarlos", explica Sáez de Ibarra.
Esa ruptura la consigue,
por ejemplo, con el relato "Una historia reciente", en el que el
autor selecciona fragmentos de diferentes ediciones de un mismo libro de texto
de Ciencias Sociales y el lector comprueba cómo van cambiando
"sutilmente" los enfoques que se dan sobre el Estado democrático, el
Estado liberal y el social, o sobre el papel del Estado en la actualidad.
Así, en la edición de
2004, en el epígrafe dedicado a los contrastes sociales, se dice que "las
diferencias de ingresos generan enormes desigualdades sociales", pero ese
epígrafe desaparece en las ediciones de 2006 y 2012.
Estos cambios son
"una prueba de que en los libros de texto se filtra una ideología y una
visión del mundo que es la que llega a los chicos", comenta. En esos
manuales sí se denuncia "la situación de injusticia que se da en el
mundo".
Y se dice con claridad
que los 40.000 millones de dólares que harían falta para garantizar "el
acceso universal a todos los ciudadanos a la educación básica, a la sanidad, a
la alimentación adecuada y al agua potable", representan "menos del
4% de la riqueza conjunta de las 225 personas más ricas del mundo".
La crítica a la cultura
del consumo propia de occidente late en el relato "Enciclopedia
occidental", en el que el autor se limita a exponer una interminable lista
de boda que parece "condensar el sueño de la vida burguesa".
Esa peculiar lista
termina con dos sorprendentes objetos: "un revólver de bolsillo; dos
balas". "Ese es el final de la espiral en la que caemos. Al final,
nos suicidamos si no conseguimos todo lo que deseamos. No hay salidas en ese
planteamiento de vida", asegura el autor.
Con sus relatos
experimentales, el escritor ha querido "romper ciertos prejuicios que hay
sobre el cuento, entre ellos el de que tienen que estar basados siempre en
experiencias individuales".
"Yo creo que el
cuento puede plantearse de cualquier forma, también como historia colectiva o
tomándole el pulso a la situación cultural, política y social", dice.
Pero, experimentos
aparte, en "Bulevar" la mayoría de los relatos son de estética
realista y sus argumentos reflejan retazos de vida de personajes con los que es
fácil identificarse.
Y son cuentos en los que, como se afirma en el que da título al libro, "el realismo desnudo de explicaciones conduce a la abstracción; resulta ambiguo igual que la vida humana".
"Bulevar", Marta Aponte Alsina. Angélica furiosa. [8 diciembre 2013]
"Una excelente colección de cuentos", Javier Goñi. Babelia. El País. [19 mayo 2014]
“Bulevar”, Ginés G. Vera. Los ojos de Hipatia [17 febrero 2014]
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